Hizo el ridículo en la Copa del Rey contra el Alcorcón, se estrelló en la Champions League contra el Olympique de Lyon y no fue capaz de hacerle un gol al Barcelona en la Liga. Total, que pasó lo que tenía que pasar. El Barça se proclamó campeón y Pellegrini quedó subcampeón. Poco bagaje para un viaje en el que le pusieron todas las comodidades imaginables: un transatlántico de lujo en el que Florentino Pérez invirtió 250 millones de euros.
¿Y qué es lo que ha hecho el ingeniero con toda esta inversión? Kaká está irreconocible y Benzema, uno de los mejores delanteros de Europa, ni siquiera jugará el Mundial con su selección, Francia. Tampoco Gago, por el que pagaban quince millones este invierno en Inglaterra, ha visto siquiera su nombre entre los treinta candidatos de Maradona. El balance no puede ser peor, la verdad.
Pero todavía hay gente que pide y desea la continuidad del chileno. Para gustos no hay nada escrito, está visto. Y en el mundo del fútbol ya es sabido que cada aficionado lleva un entrenador o seleccionador dentro. Al que le guste Pellegrini, allá él. A mí, desde luego, no.
La goleada del Barcelona al Valladolid se veía venir, aunque los del Pisuerga aguantaron como hombrecitos hasta el autogol de Luis Prieto. Undiano Mallenco le perdonó un penalti al Real Madrid en La Rosaleda, es cierto, pero eso es una anécdota. Lo que importa es que te los piten o no te los piten cuando lo necesitas. Pero no es momento de entrar en polémicas. La Liga 2009/2010 ya es historia: el Real Madrid ya está preparando la próxima temporada.
